martes, 7 de abril de 2015

¿Y si tuviéramos que pensar en un "decálogo"?

Y para cerrar el día práctico de Observación... la propuesta era la siguiente:

"Establezca una especie de decálogo para su futura práctica docente
como profesor de ELE"
Antes de establecer esta especie de decálogo para compartir con ustedes y tener en cuenta en mi futura práctica docente, quisiera subrayar que considero que cada uno de los puntos de este decálogo debe ser acompañado por dos elementos: "conciencia" y "reflexión". La primera nos servirá para, a través  de una actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto, tener un "conocimiento reflexivo de las cosas"; la segunda, en cambio, para "considerar nueva o detenidamente algo" y poder así relaizar las modificaciones que creamos convenientes.


1. Conocer la importancia de la dimensión afectiva en el aula: propiciar un buen clima de trabajo, buenas relaciones entre los alumnos y entre los alumnos y el profesor, estar atento a las necesidades individuales de los alumnos, ser flexible, fomentar la colaboración y participación activa de los alumnos. 2. Conocer las diferentes metodologías de aprendizaje y fomentar el método comunicativo-inductivo en los alumnos favoreciendo la independencia y la autonomía en ellos. 3. Conocer los contenidos lingüísticos y la gramática de la lengua dándole el proprio espacio a cada uno dentro de la clase variando las tipologías de las actividades en base a las características y necesidades de los alumnos. 4. Fomentar un trabajo que involucre las diferentes destrezas dándole a cada una la importancia que merece. 5. Estar al corriente de las herramientas tecnológicas tanto para el trabajo dentro y fuera de la clase como para el propio desarrollo profesional que deberá enriquecer formándose contínuamente. 6. Dar espacio suficiente, como elemento imprescindible, a contenidos culturales en las clases ELE e incluir la literatura como herramienta para acercar contenidos culturales y, además, específicos de la lengua. 7. Acoger el error como oportunidad para planificar la propia práctica docente y enseñar a los alumnos a concebir al mismo como instrumento para mejorar y crecer (y no como fracaso). 8. Evaluar de manera constructiva en base a los objetivos planificados concibiendo la evaluación como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. 9. Saber seleccionar el material de trabajo sin limitarse al uso de un solo manual. Complementar los manuales con actividades pertinentes en base a los alumnos y al contexto utilizando diferentes recursos didácticos y tecnológicos. 10. Planificar los cursos y clases con criterio y evaluar dicha planificación "durante" su desarrollo para detectar las modificaciones convenientes a realizar para el logro de los objetivos propuestos.

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